martes, 7 de febrero de 2006

Poblacion

LA POBLACIÓN DE JUJUY

La provincia de Jujuy cuenta con una población de 611.058 habitantes según el ultimo censo realizado (2001), lo que representa apenas el 1,6% del total de la República Argentina. (301.463 varones y 309.595 mujeres)

La Cronología de JUJUY

La Cronología de JUJUY

1561

Juan Pérez de Zurita fundó una ciudad con el nombre de Nieva, el 20 de agosto. La ciudad, a mediados de 1563 fue destruida por los indios.

1575

El encomendero de Omaguaca Pedro Zárate fundó San Francisco de la Nueva Provincia de Alava, el 13 de octubre. Luego a principio de 1566 fue destruida nuevamente.

1593

El 19 de abril, San Francisco de Argañarás y Murguía fundó San Salvador de Velasco en el Valle de Jujuy.

1594

El fundador tomó prisionero al cacique Viltipoco y a sus capitanes mientras dormían. En prisión, el príncipe americano fue catequizado por el padre Gaspar Monroy y tomó el nombre de Diego.

1599

Se radicó en Jujuy la Orden Franciscana.

1606

Se iniciaron las obras de construcción de la iglesia en el lugar en el que hoy se levanta la Catedral Basílica. Agustín de Leiza y de la tijera dirigió dicha obra.

1631

Se construyo la iglesia de Humahuaca. Los trabajos estuvieron a cargo del párroco Pedro de Abreu y del cacique principal Pedro Socomba. Fue declarado monumento Histórico en 1941.

1792

Carlos Sevilla planto caña de azúcar e instalo el primer trapiche en propiedad que rodea el fuerte Ledesma, entre los ríos Ledesma, San Francisco y San Lorenzo

1810

Primera invasión realista a Jujuy, dirigida por los generales Nieto y Córdoba

1812

Segunda invasión realista, dirigida por el general Pío Tristán.

El general Manuel Belgrano hizo bendecir la Bandera el 25 de Mayo en la iglesia matriz.

Por orden de Belgrano, el pueblo de Jujuy protagonizó el Éxodo Jujeño, el 23 de agosto.

1813

Belgrano destinó una parte del dinero que le otorgo la Soberana Asamblea, por su triunfo en Tucumán y Salta, para fundar la Escuela de la Patria; también redacto su reglamento

1814

Tercera invasión realista, dirigida por los generales Pezuela, Ramírez y Tacón.

1815

Cuarta invasión realista, dirigida por el general Pezuela.

1816

El 28 de Mayo, las autoridades presentaron solemne juramento de reconocimiento y obediencia al Soberano Cuerpo de Diputados representante de la Nación.

1817

Dos combates por la Independencia, en el área de San Pedro de Jujuy, se produjeron el 15 de enero y el 18 de diciembre.

Quinta y Sexta invasión realista.

1819

Séptima invasión.

1820

Octava invasión.

1821

Novena y décima invasión .

1822

Undécima invasión.

1825

Combate de Tumusla - Fin de la guerra de la Independencia.

1834

El 18 de noviembre se proclamó la Independencia Política de Jujuy. El coronel José María Fascio fue su primer gobernador.

1836

El 17 de diciembre se produce el reconocimiento oficial de la Autonomía Jujeña por parte del Gobierno Nacional.

1841

Murió en Jujuy el general Lavalle, jefe unitario.

1856

El 6 de septiembre apareció el primer número del periódico "El Orden", dirigido por Macedonio Graz.

1865

El 22 de septiembre se estableció una sociedad denominada Compañía Jujeña de Kerosene, para explotar betún mineral existente en depósitos naturales en la provincia.

1869

El 16 de febrero se creó el Colegio Nacional, inaugurado oficialmente el 9 de julio.

1870

Juan Fernández Cornejo fundó una fabrica de azúcar en san Pedro.

1872

Se fundó la Biblioteca Popular.

Desde el 14 de noviembre quedó librado el servicio telegráfico desde Jujuy con el resto del país.

1874

Los puneños se enfrentaron con fuerzas del gobierno y triunfaron el 3 de diciembre en Abra de la Cruz.

1875

Segundo encuentro en Quera, con derrota de los nativos.

1883

El 25 de Mayo se fundó el pueblo de San Pedro.

El 31 de agosto fue fundado el pueblo de Abra Pampa.

1884

El 4 de julio se inauguró la escuela Normal Mixta de Jujuy.

1894

La bandera legada por Belgrano al pueblo de Jujuy fue llevada al campo de batalla en Salta.

1898

La misma bandera fue trasladada a Rosario de Santa Fe.

1899

Arribó la primera locomotora.

1900

Se concreto la iluminación de la calle Belgrano, plaza Urquiza y algunas casas.

1903

El 6 de enero se inauguró la prosecución de la línea ferroviaria hasta la frontera con Bolivia.

El 7 de abril fueron instaladas provisoriamente en la Tablada dos surtidores, para proveer de agua corriente a San Salvador de Jujuy.

1904

El 20 de septiembre quedó inaugurado similar servicio en la terminación de la calle Alvear, mediante un gran grifo, con aguas provenientes del Río Reyes.

1907

El 28 de febrero se promulgó la ley de fundación del pueblo de La Quiaca.

El 30 de diciembre llegó el primer tren a La Quiaca.

1908

Juan Ambrosetti descubrió el Pucara de Tilcara.

1909

El ingenio azucarero El Porvenir surgió a la vida comercial bajo el nombre de Sociedad Anónima La Mendieta.

1910

El 1 de abril apareció el diario El Día, que circuló durante 35 años.

1918

Inicio actividades el banco de la Nación Argentina.

1919

A través de la ley 388, se autorizó al Poder Ejecutivo Provincial a formar parte con accionistas de un Banco Mixto de Depósitos y Descuentos (Banco de la Provincia de Jujuy).

1920

El 30 de octubre, un enviado del Papa Benedicto V procedió a la coronación de la Virgen del Rosario y Paypaya como patrona de Jujuy.

1921

La Bandera legada por Belgrano al Pueblo de Jujuy fue trasladada a la actual Casa de Gobierno, el 28 de marzo.

Se inauguró la actual Casa de Gobierno durante la Gobernación de Horacio Carrillo.

1926

El Gobierno Provincial compró las Termas de Reyes.

1931

El 25 de Mayo se inauguró el monumento al Gral. Belgrano y a la primera Bandera Nacional, obra del escultor Víctor Gaino.

1933

Fue inaugurada el 1 de marzo la Sociedad Anónima Banco de la Provincia.

1943

Se incorporaron al dominio de la Provincia de Jujuy los territorios que comprenden el Departamento de Susques.

1945

El 20 de septiembre se procedió al encendido del primer alto horno en suelo Argentino, que el de Altos Hornos Zapla.

1950

El 23 de agosto se inauguró el monumento a la Independencia en Humahuaca, obra del escultor Ernesto Soto Avendaño.

1962

El 18 de abril fue inaugurado el monumento al Canónigo Juan Ignacio Gorriti, quien fue el primer Diputado de la provincia ante la Junta Revolucionaria y que bendijo en 1812 la Bandera Nacional.

1967

El 19 de abril quedó el Aeropuerto Jujuy "El Cadillal".

1968

El 24 de junio comenzó a funcionar el Instituto Superior Populorum Progressio.

1969

El 9 de febrero se fundó en la ciudad de perico la Cooperativa de Tabacaleros de Jujuy Ltda.

Se descubrió petróleo en Caimancito.

1974

En Purmamarca se inicio oficialmente la construcción del camino a Chile.

1982

Jujuy envió fuerzas militares para combatir en las Islas Malvinas durante el conflicto con Inglaterra.

1987

El departamento Capital de la Provincia recibe el nombre de Dr. Manuel Belgrano.

La Arqueología de JUJUY

La provincia de Jujuy es un gran yacimiento arqueológico que está siendo descubierto por la ciencia y que debe ser trabajado por investigadores capacitados con el cuidado y la protección que merece tan ingente y vulnerable riqueza.

Las capas culturales descubiertas en Jujuy tienen una profundidad cronológica de alrededor de 9000 años a.C. con una serie de yacimientos precerámicos, con industrias líticas representadas por hachas de mano muy toscas y pesadas, raspadores e instrumentos manuales diversos fabricados en basalto, cuarcitas y otras rocas duras, instrumentos que utilizaban para la caza, el trozado y el raspado de los cueros de los animales aprovechados para su alimentación, vestimenta y abrigo.

Pucará de TilcaraLas puntas de proyectil, mejor trabajadas en ambas caras con variedad de formas y tamaños, el invento de la tiradera, con etapas de nomadismo que en un siguiente estadio tendrá un avance crucial en la aparición y desarrollo de la agricultura. Primero una etapa incipiente donde se siguen usando las hachas líticas e instrumentos de madera, y una etapa de agricultura altamente desarrollada con andenes y cuadros de cultivos como Sayate, Alfarcito, Doncellas y Coctaca.

El hombre de este territorio cada vez estará más preocupado por su futuro espiritual, procuración que conocen los investigadores a través de dos manifestaciones: la funeraria y el arte rupestre.

La funeraria, con distintas formas de inhumación, entierro directo y en urnas, construcciones especificas como sepulcros, casas-tumba, cistas, etc. y el ajuar fúnebre con elementos de la vida diaria, utensilios, armas, vajilla y otros fabricados para esa ocasión como eran ciertos vasos de cerámicas, prendas de vestir o insignias de poder.

El arte rupestre, pintura o grabado en soporte rocosos de una amplia temática, desde la figura humana pintada en color rojo asociado a los sitios precerámicos más antiguos hasta los caballos, animal que sorprendió a los primitivos habitantes del Noroeste, cuya presencia demuestra que esas manifestaciones artístico-religiosas perduraron después de la conquista hispánica, Sapagua y Doncellas, entre otros.

También marcaron hitos en rutas transitadas con finalidades mítico-religiosas, conduciendo a concentraciones o altares que aún perduran en el conocimiento de los pobladores que no descubren esos sitios a los extraños y los visitan en determinadas fechas repitiendo ofrendas y oraciones como en Cacuñayo, Tinate, Barrancas, Cerro Colorado, Rinconada, etc.

Algo similar sucede en cuanto al ganado; las ceremonias que tienen como sujetos a todos los animales que poseen, recuas de burros, llamas, ovejas y cabras y hasta los pequeños animales domésticos, perros, gatos, gallinas y palomas que son señalados y acompañan a sus dueños en la trashumancia estacional.

Con estas etapas de desarrollo agro-alfarero llegamos a una cronología que ronda entre 100 años a.C. y los 1400 años d.C., momento del asentamiento incaico en el territorio de Jujuy.

Los Incas se asientan a lo largo de la Cordillera de los Andes y en los valles transversales usando los poblados anteriores para enclavar sus tambos; es decir, aportan su cultura y fagocitan lo que hallan, cambiando parte de lo existente, nivelando su influencia mediante la imposición de su lengua, el quechua, y del culto al Sol, a excepción de la Quebrada de Humahuaca y los valles calchaquíes, que resistieron la invasión.

Con el choque hispano se cierra el ciclo cultural del territorio Jujeño que conserva las tradiciones, esos bienes culturales de los que son depositarios.

La textilería actual tiene sus raíces técnicas y temáticas en elementos arqueológicos hallados junto a las momias; las piedras duras, la plata, la arcilla, dan cuenta de la tradición más pura, sin por ello limitar la creatividad del artesano.

Jujuy ha sido y es motivo de estudio para arqueólogos, antropólogos y sociólogos. Boman, Ambrosetti, Debenedetti, Casanova figuran entre los pioneros.

Jujuy Fósil

Clasificado bajo: Costumbres, Curiosidades — alguiendeperico @ 7:20 pm

Casa jujeña con Fosiles
Otros de los atractivos turísticos en Jujuy son los restos fósiles que se pueden encontrar en varios puntos de la provincia. Esta vez no necesitamos excavar mucho, ni meternos en lugares poco explorados (o explotados): a tan solo un par de casas de las oficinas de JUJUY.COM, en las paredes de la fachada de una vivienda encontramos los fósiles conocidos como Trilobites

“…son artrópodos extintos que forman la clase Trilobita. Aparecieron en el período Cámbrico (544 a 505 millones de años)…”
segun la wikipedia

Es común en la zona (como en tantas partes del mundo) que las paredes externas se decoren con rocas, lajas y/o ladrillos. Lo que no es tan común es que en estas rocas (como la de esta casa) se encuentren fósiles, es muy probable que el dueño no se haya dado cuenta de esto, tambien son pocos (casi nadie) los que se detienen a observar de cerca estas paredes.

Trilobites en la casa
En esta foto se puede ver la parte inferior de un Trilobites

Trilobites jujeño
En esta podemos ver lo que sería como la huella o molde que deja cuando se parte una piedra donde hay un trilobites.

Parte de un Trilobites
En esta foto se puede ver la parte superior de un Trilobites.

Un fósil de una Ostra
Y en esta imagen se puede ver un fósil de lo que fue una ostra o concha marina.

Aborígenes

Los aborígenes que habitaron el suelo Jujeño, no solo lo hicieron en esta provincia. Su región de influencia era el Noroeste Argentino y países limítrofes como Chile y Bolivia.

Este es el motivo por lo que acá se habla de la región Noroeste y no solo de Jujuy.

Básicamente existieron cinco culturas indígenas en la región:

Diaguitas

Omaguacas

Atacamas

Chiriguanos

Lule-Vilelas

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Influencia de los INCAS en los pueblos del Noroeste Argentino

La expansión y penetración incaica es un hecho muy importante en la historia de la América Prehispánica que marcó al noroeste y muy especialmente a los diaguitas.

Los incas ingresaron en el actual territorio argentino hacia 1480, durante el reinado del inca Tupac Yupanqui momento en el cual el Imperio Inca alcanzó su máxima expansión.

Probablemente el mecanismo utilizado por los Incas para la dominación del noroeste haya sido la introducción de su propia lengua, el Quechua, tarea que fue repentinamente interrumpida por el arribo de los españoles al Cuzco. Es por ello que nunca llegó a suplantar al Cacán (Diaguita) o al Omaguaca.

Su penetración se llevo a cabo a atraves de las vías naturales que se transformaron en caminos de acceso, comunicando al Cuzco con Bolivia, el Noroeste Argentino y Chile, desparramando a su paso las tradicionales escrituras de asentamiento: los tambos y pucarás.

Los Collas

La aparición de una nueva etnia, los Collas, síntesis de Diaguitas y Omaguacas, definitivamente diluidos, los Apatamas y los grupos de origen Quechua y Aimará procedente de Bolivia, cuantitativamente más numerosos y en fin, parte de la masa mestiza no integrada en los centros urbanos.

Los Collas son la etnia heredera de los habitantes originarios del Noroeste, consolidados durante todo el siglo XIX. Perdieron su organización comunitaria original y su núcleo, la familia extensa; tecnología sustantivas como la cerámica fueron expulsadas de la memoria colectiva; Su religión fue penetrada por el catolicismo ganancioso; ya no visten como antes, salvo en poncho y ojotas y tampoco cazan.

Sin embargo, los collas son los auténticos portadores de la tradicional forma de vida andina, a través del mantenimiento de muchos patrones culturales como la economía pastoril de altura, y agrícola de papa y maíz; La recolección de algarroba y sal; la construcción de viviendas; la medicina tradicional y las técnicas de adivinación; los instrumentos musicales erques, quenas, pinkullo, sikus y cajas; el culto a la madre tierra e innumerables creencias, rituales y practicas sociales; la religiosidad ancestral, en fin, que lejos de ser dominada por la nueva religión oficial, ha coexistido con ella, en una nueva forma que ha sido redefinida como religiosidad popular.

El particular proceso que sufre el Noroeste hace que esta cultura colla no sea estrictamente indígena sino mestiza, lo cual de todas maneras nos permite ubicarla en el campo aborigen, no sólo por su historia cultural sino por su inserción en el contexto regional y nacional.

Los Collas comienzan así a diferenciarse del resto del Noroeste mestizo concentrándose en asentamientos dispersos en la zona de la Puna, la quebrada de Humahuaca y parte de los Valles Calchaquíes.

LA POBLACIÓN DE JUJUY

La provincia de Jujuy cuenta con una población de 611.058 habitantes según el ultimo censo realizado (2001), lo que representa apenas el 1,6% del total de la República Argentina. (301.463 varones y 309.595 mujeres)



La provincia de Jujuy, al igual que las otras provincias norteñas, se caracteriza por su gran variedad de Leyendas y Costumbres.

Entre estas podemos nombrar:

La hoja de COCA

Una leyenda cuenta que los dos hijos del Sol, Manco Capac y Mama Okllu, llegaron a la tierra con un regalo del cielo para los hombres: La COCA.

Desde tiempos sin memoria, las hojas de este arbusto participaron por tal razón, de la vida mítica, mágica y religiosa del pueblo inca. Su consumo no ha decrecido sino que, ignorando leyes y condenas se ha extendido más allá del ámbito quichua, convirtiéndose en unas de las grandes polémicas americanas a la par que importante fuente de ingresos para algunos países. En ellos, su cultivo y exportación tiene el amparo del propio gobierno que aplica para estos casos, leyes y principios morales muy particulares. En Argentina el cultivo de la planta de Coca está prohibido, no así su consumo y tenencia que esta reglamentado bajo la Ley 23.373. (Ver ley), en tanto que países como Bolivia y Perú permiten su cultivo.

Coquear es la palabra que describe la acción de mascar las hojas de coca. El coquero (quien realiza esta acción) no masca las hojas, sino que forman un bolo con las hojas (llamado "Acuyico", "Acusi", Mascada, y otras variantes fonéticas de la voz de origen quichua “Akullikuy”) y lo colocan entre las mejillas y la mandíbula donde la tienen por horas, provocando una abundante salivación que saborean lentamente.

No se parte ni se desmenuza la hoja; se la ovilla con la lengua, una sobre otra, metódica y pausadamente. En todo el noroeste Argentino, especialmente en Jujuy y Salta, son muchísimos los adeptos a este suave alcaloide y son raros aquellos que jamás la han probado. Entre los adeptos no solo están incluidos todos aquellos de origen étnico, sino también blancos, mestizos.

Los "coqueros", por lo general apelan a este vegetal para trabajar muchas horas o para acompañar las largas tertulias regadas con "bebidas espirituosas" y condimentadas con mucha "juerga". La emplean para combatir el sueño, el hambre, la sed y el cansancio. Los “coqueros” afirman que se sienten animosos, lucidos y alegres cuando la tienen en la boca, y es sabido por todo norteño que no hay nada mejor para evitar el apunamiento que un buen “acuyico”. El uso de la coca, en este caso, no es el que le dan las personas que se dedican a matar la juventud con vicios innobles.

Alrededor de las mesas de juego, asados y guitarreadas, abundan las hojas de coca y los platillos con bicarbonato que reemplaza a la “Yicta”, una pasta sólida preparada con féculas de papas y cenizas vegetales, que le dan a la saliva un sabor distinto, excitante y digestivo. La “Yicta” o el “bicarbonato (Bica)” sirve para estimular la savia de la hoja.

Ley 23.737

Sancionada el 21 de Septiembre de 1989, promulgada el 10 de Octubre de 1989 por aplicación del artículo 70 de la Constitución Nacional y publicada en Boletín Oficial el 11 de Octubre de 1989.

Art.15: La tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural, destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes.

Las hojas de cocas y las predicciones

Entre los aborígenes quichuas este acuyico cumplía un rol de ritual mitológico, actualmente es entregado como ofrenda a la Pachamama al tiempo que se implora su amparo.

En la Puna es utilizado por adivinos para predecir el porvenir (Acuyicomancia); unos estudian la consistencia para extraer conclusiones, en tanto que otros observan su color y la forma que adoptan cuando se los aplasta con una roca; algunos otros los dejan secar sobre un papel al sol y analizan las manchas que se producen en el papel.

Algunos hechiceros Puneños aconsejan enterrar el “acuyico” cuando su dueño está enfermo y no arrojarlo en cualquier parte, con el fin de evitar “daños”que puedan agravar el mal, variante rural sin duda, de la medicina preventiva.

Su utilización es diversa y extensa pero, en síntesis, podría ser un residuo masticatorio que tiene características mágicas singulares y goza en general del afecto del usuario, que agradecen sus bondades dándole virtudes mánticas y místicas supletorias, como si se tratara de un ente con vida propia y muerte útil.

Información recopilada de:

1)-Antonio Paleari: Diccionario Mágico Jujeño, Editorial Pachamama – San Salvador de Jujuy, 1982

RITUAL DE LA PACHAMAMA

Es, probablemente, la más popular de las creencias mitológicas del ámbito incaico que aun sobreviven con fuerza en algunas regiones del Noroeste Argentino (NOA) y muy especialmente en Jujuy. La difusión del mito usa como vehículo las lenguas quichua y aimara. Cuando llegaron los españoles, la Pachamama ya era una leyenda en el folklore incaico, lo cual indica que su origen hay que buscarlo en las comunidades agrícolas del occidente sudamericano.

El primero de agosto es el día de la PACHAMAMA. Ese día se entierra en un lugar cerca de la casa una olla de barro con comida cocida. También se pone coca, YICTA, alcohol, vino, cigarros y chicha para carar (alimentar) a la Pachamama. Ese mismo día hay que ponerse unos cordones de hilo blanco y negro, confeccionados con lana de llama hilando hacia la izquierda. Estos cordones se atan en los tobillos, las muñecas y el cuello, para evitar el castigo de la Pachamama.

Hoy se da este nombre a la tierra en un concepto deificado. Es la Madre Tierra, como la representación del dios del bien, ella que nos demuestra generosidad en todo sentido, haciendo mudar los frutos u ofreciéndonos los minerales y riquezas guardadas en su seno.

A esta deidad periódicamente se le rinde pleitesía mediante el acto ritual denominado Challa, en afán de reparar con este rito la acción humana de hollar en su seno, al mismo tiempo se agradece los bienes que nos ofrece para nuestro sustento o las riquezas que guardaba en su seno, pidiendo que no deje de favorecernos.

La Pachamama es por lo tanto la diosa femenina de la tierra y la fertilidad; una divinidad agrícola benigna concebida como la madre que nutre, protege y sustenta a los seres humanos. La Pacha Mama vendría a ser la diosa de la agricultura comunal, fundamento de toda civilización y el Estado Andino.

LA FLECHADA

El ritual se refiere a la participación comunitaria en la construcción de lo que será el primer hogar de una pareja de recién casados.

Una vez entregada la vivienda a los esposos, éstos organizan una gran fiesta. Previamente a los festejos se realiza una ofrenda a la Pachamama o Madre Tierra, colocando en un hueco sencillos bienes cotidianos.

A continuación los hombres, armados con simbólicas flechas, apuntan a un huevo de gallina suspendido de la viga principal de la habitación. Al hacer blanco el huevo caerá en el hoyo ya preparado con la ofrenda y será cubierto con la misma tierra removida. Luego vendrán las coplas y la fiesta, donde el augurio de una nueva vida se pone de manifiesto. Cuando el piso queda perfectamente nivelado bajo los pies de las parejas bailando, “La Flechada” se habrá consumado.

Parejas bailando en la FLECHADA

Este ritual es llevado a cabo para desalojar de la flamante vivienda, a todos los demonios que pudieran haberse refugiado en ella durante su construcción, solitaria y sin amparo.

Para algunos, el huevo representa el habitáculo del mal; para otros es una forma original de agasajar a la Pachamama al tiempo que, hostigando con las flechas a los espíritus malignos, se los obligue a abandonar la vivienda.

EL FAMILIAR

Las grandes empresas azucareras de Jujuy, como las de Salta y Tucumán, lograron su riqueza y rápida prosperidad gracias a “El Familiar”. Así dice la leyenda, y así lo han oído todo aquellos que trabajan en los ingenios, peones o profesionales, empleados o capataces.

El origen del mito es paralelo con el desarrollo industrial del noroeste Argentino, pero el numen argumental deriva del primer pacto que el hombre celebra con Satanás, en otras palabras “El Familiar” es Satanás.

Los dueños de las grandes fabricas han cedido a la tentación y le prometieron el alma a cambio de la riqueza. El diablo acepta el negocio pero se quedara cerca, escondido en oscuros sótanos o siniestros galpones, para vigilar el estricto cumplimiento de las cláusulas del contrato.

Una de ellas establece la obligación por parte de los propietarios, de entregarle un obrero por año que será devorado sin compasión por “El familiar”, que para ese menester, habrá adoptado la forma de una enorme serpiente a quienes todos conocen como el “Viboron”. Únicamente lo ven por primera y ultima vez aquellos que serán devorados.

Es común en los Ingenios, que con la ultima molienda de caña de azúcar, se arroje a los trapiches un muñeco que representa al obrero que los propietarios del Ingenio deben entregarle a Satanás, para así conformarlo y no llevarse a nadie más.

En otras versiones, El Familiar toma el contorno de un feroz y enorme perro negro sin cabeza que como el Viboron aguarda se cuota de carne humana agazapado en los tenebrosos rincones del ingenio.

Entre los miles de zafreros (Cosechadores de la Caña) que año tras año dejaban los ocres pueblos de la puna para levantar la cosecha en los ingenios del Ramal, no faltaban uno, dos o más desaparecidos por mil razones distintas, que servían para avivar el recuerdo terrífico del Familiar y aumentar el resentimiento del obrero misérrimo para con los patrones rodeados de opulencia.

Las condiciones del trabajo fueron cambiando con el tiempo y esta leyenda fue perdiendo adeptos. Hoy en día el Viboron es un capataz odiado o un jefe de sección arbitrario.

UKAKO

Con este vocablo se designan los “altares del diablo” que el mineros suelen levantar en los rincones más perdidos de las galerías abandonadas.

Allí se rinde culto y se depositan ofrendas similares a las que se entregan a la Pachamama; coca, cigarrillos, alcohol, acuyicos y sahumerio, con la finalidad de evitar que el diablo se lleve la veta de mineral a otros cerros y deje a los obreros sin trabajo.

Al cavar en las minas, los mineros, si encuentran una veta, entronizan la figura de "Ukako" en una vieja y abandonada mina, distante del establecimiento minero. Un día viernes, en lo más profundo de la cueva, levantan el altar del Dios, que se representa con una figura con ojos grandes, orejas puntiagudas, dientes filosos, cuernos arqueados y una larga melena. En la mano izquierda sostiene un trozo del mineral encontrado y en la otra un tridente, ya en su trono, "Ukako" recibe las ofrendas.

Dicen los mineros que "el señor de las tinieblas Ukako, nada tiene que ver con el Satán de los europeos que representa el mal por el mal mismo; Ukako, en cambio, en la sepulcral oscuridad del socavón guía los pasos de los mineros como un duende protector de las minas en las montañas puneñas".

UCUMAR

También se le llama “UKUMAN”. Proviene de la voz quichua y quiere decir “cuerpo, parte material de un ser animado”. Eso es lo que era : sólo un cuerpo. Un cuerpo horrible sin alma aparente. Las cosas tan feas tienen prohibido rondar por el abanico de los sentimientos. Y era mujer, cubierta de pelos negros, largos, sucios, duros, pero elásticos. De las líneas de su rostro sólo se destacaban dos ojos pequeños, intensos, oscuros y hundidos. Los pelos que le nacían en la frente caían sobre la nariz y la boca, separados apenas por bufidos y manotazos a uno y otro lado. La boca era un tajo enorme y baboso, y los dientes salidos, aislados unos de otros, cada cual con su propio ángulo.

Si tenía senas senos o no era cuestión de polémica entre los habitantes de la aldea mitad selva mitad andes.

Cuando nació, su padre quiso ahogarla. La madre, la protegió entre sus brazos y no la abandonó nunca. Tuvo más amor por el pequeño monstruo que por sus cinco hermosos hijos anteriores. Por su celo y por su pena fue quedando sola y enfermó. Mientras agonizaba, con más fuerza que nunca abrazó y miró a ese cuerpo extraño que ella había parido.

Arrancaron de su cuerpo, rígido ya el engendro que bramaba y aullaba. Quiso la suerte que fuera arrojada a un rincón de la enorme choza, hasta tanto se cumplieran los ritos funerarios con la madre. Cuando regresaron los hermanos y el padre sin saber que hacer, entre los murmullos de la otra gente, la encontraron acurrucada y lanzado sonidos extraños, como si llorara. No fue por misericordia que salvo la vida. Había miedo en la choza.

Como no se le veían órganos genitales, pero sus piernas se manchaban de rojo cada luna, fue la “ucumara”.

Se hizo enorme, hosca y gruñona y al parecer, temerosa.

Uno de los hombres de la aldea, de su mismo tiempo, entre crepúsculos y soledades se acercaba furtivo a la aldea- choza con creciente asiduidad. No temía ni lo inmutaban los gruñidos y saltos ostentosos con que la “ucumara” retribuía sus visitas, que eran breves, pero tensas. Un día le arrojó frutas y otro día un trozo de carne humana. La tribu devoraba a los prisioneros de guerra y el dueño del enemigo muerto era el dueño del banquete. La “ucumara” comió y no dejó restos. Estaba entendido entonces que apreciaba el obsequio y por consiguiente el hombre lo repitió tantas veces como pudo, recibiendo en pagos gruñidos más suspirados, saltos menos agresivos.

Un día la aldea en pleno se encaminó al río distante, para cumplir la ceremonia anual de adoración a la creciente tumultuosa y atronadora que traía el deshielo de las cumbres blancas. El hombre regresó, eligiendo rincones para no ser visto y luego de una lucha feroz, violó a la “ucumara”.

A partir de entonces su hosquedad fue total y su furia aumentó. Odió a los hombres y al mundo circundante. Las piedras de su choza desaparecieron, arrojadas con increíble fuerza contra todo ser viviente que se aproximara.

Cuando no tuvo más piedras, huyó.

Regresó una tarde tormentosa y raptó a su violador sin que nadie se atreviera a detenerla, menos aún la víctima, vencida su resistencia a golpes y arrastrado de una pierna por los peñascos y huaycos hasta la pétrea guarida donde, imaginamos, llegó mas muerto que vivo. Allí tuvo que elegir entre la vida y las nupcias: escogió el amor, y por un tiempo su ritmo fue el ritmo de la “ucumara” que, ya grávida y desconcertada, con el abdomen hinchado y palpitante, pensaba más en sí, que en su complaciente prisionero. Un día creyó encontrar oportunidad, cuando el monstruo gemía con los dolores del parto.

Huyó de la caverna, rápido y temeroso, pero la “ucumara” entre rugidos y dolor, lo alcanzó. Le arrancó la cabeza y arrastró el cuerpo de su amor hasta la caverna. Entre llantos y convulsiones se lo comió.

Poso después nació otra UCUMARA, toda cubierta de pelos, negros, duros, pero elásticos, de la cabeza a los pies. Amamantó a su hija, le enseñó a comer carne roja y cuando el retoño ya cazaba con sus manos, con un rugido del alma, murió de muerte sencilla y se fue al cielo de los monstruos, en la paz de la montaña.

La leyenda se bifurca a partir del nacimiento del UCUMAR . Una vertiente afirma que el llanto del monstruo, por la muerte de su madre, era tan fuerte y desgarrados que llegó a los oídos de Wiracocha – espuma de mar- dios blanco de largas barbas rubias que gobernaba el Cuzco y para calmar su pena, le prometió la inmortalidad. Otro venero mitológico sostiene que Wiracocha se presentó al ucumar y para castigarlo por sus crímenes y lascivia, le dio la vida eterna vagando por los cerros y selvas. Así también lapidan a los violadores sobre quienes pendía la permanente amenaza de ser devorados por el ucumar.

La leyenda, de origen peruano, está muy difundida en Salta y Jujuy. En nuestra provincia se ubica al monstruo en los departamentos de San Pedro y Ledesma rondando los ingenios azucareros. La imaginación popular lo hacía prisionera o accionista de uno de ellos.

EKEKO

No falta en casi ningún hogar boliviano o de origen boliviano, la representación contemporánea de este Dios menor de la mitología aimara llamado “Ekeko”. Es un muñequito bien vestido, cargado de objetos suntuosos y billetes de banco. Sobre sus hombros lleva ollas de plata, collares de oro, pequeños bolsas de coca, como símbolo de opulencia. Su rostro eufórico denota la alegría del que todo lo tiene. Sus facciones no son las de “Cholo” o indio del altiplano, sino que parecen actualizadas con finos bigotes al mejor estilo de los galanes cinematográficos de los años treinta. Es el Dios de la abundancia.

De vez en cuando, en las engalanadas caravanas de automóviles que acompañan a los templos a las parejas de novios de origen boliviano, se lo ve infaltable sobre la carrocería de vehículos cubiertos de punta a punta por vajillas de plata, ponchos de vicuña, mantas cochabambinas, monedas y dinero de todo tipo entre cintas multicolores, flores y cuadros de los santos preferidos, ornato que representa los augurios de los invitados para los contrayentes.

Hoy todos se refieren a él bromeando (indígenas incluidos) pero, por “esas cosas”, es un penate siempre presente en un lugar destacado de la vivienda, que recoge el anhelo de sus moradores por una vida más placentera, sin angustias económicas.

Idolillos que traen fortuna son comunes en numerosas mitologías de todo el mundo, pero lo que provoca curiosidad es el atuendo moderno con que la imaginería popular viste a este Dios menor precolombino.

Abundancia, amor afortunado, virilidad, fertilidad y en síntesis, felicidad; dones del idolillo que da sin enajenar libertad o moral alguna: ¡ Por fin un Dios realmente Generoso !

MANCA FIESTA

Cruzando el río Toro Ara, desde La Quiaca hacia Yavi, a campo abierto, se dan cita los Puneños el tercer domingo de Octubre para hacer la Manca Fiesta.

Fiesta de la Olla, quiere decir este vocablo híbrido compuesto quichua-castellano. Quizas le llamen asi porque las ollas que llevan los alfareros aborígenes, ocupan un lugar destacado en todos lospuestos de trueque o venta donde, junto a ellas, pueden encontrarse tejidos de Suripugio, cacharros de barro cocido de Casira, barraganes de Pozuelos y Santa Catalina (que allí llaman barracanes) y fruta fresca de Sococha o Talina.

Llegan Puneños desde los cuatro vientos y llegan también bolivianos de los pueblos próximos a la frontera. Poco es lo que se vende, mucho lo que se trueca. La ganancia es pobre pero la diversión es rica.

La fiesta-Feria dura varios días, tanto como se necesiten para agotar las mercancías y las expectativas. Hay música de quenas y anatas, retumbo de cajas, chisporrotear de charangos. Hay coplas de amor y regateos sin fin en quichua y en español. Hay cantos y bailes; “encuentros” y apresurados romances al mejor estilo Puneño: pocas palabras, mucho juego de manos y hechos concretos al anochecer entre arenas blandas y telares confidentes.

Humildes artesanos exhiben sus creencias a la par de orgullosos plateros que sonríen con un ojo en tanto que con el otro vigilan sus filigranas. No faltan los brujos, un poco médicos, pero fundamentalmente yuyeros sabios que con todo lo curan, todo lo adivinan y lo solucionan.

Los canastos sin orden ni concierto exponen mil chucherías, revueltas y ansiosas por mudar de alojamiento.

Entre ellos se camina, se come y también se duerme. Los ponchos multicolores llaman los ojos de todos “Mucho poncho, poca plata” protestan los que venden a los que quieren comprar por nada.

“Una collita de polleras inquietas elige hombre y le canta una colpa; si el escogido acepta, la toma de la mano y ya hay noviazgo en la Manca Fiesta.” En la Manca fiesta la iniciativa amorosa será siempre atributo femenino. Ella dirá con su encanto que esta sola esperando. No hay ofensa en el callado rechazo.

La feria toma color y bullicio después de la primera noche. Todos han exhibido lo que tienen y quieren trocar o vender.

Octubre es un lindo mes, más allá de Toro Ara, entre La Quiaca y el pueblo Marqués de Yavi. La Puna calma sus vientos para que se escuchen las propuestas copleras de la Manca Fiesta.

EL DUENDE

Le llaman “dobente” en la Puna. Es el duende universal en su versión puneña. Creen en él y le temen.

Son espíritus de la naturaleza que vagan en todas las soledades campesinas del mundo y que probablemente tenga su origen con la llegada del español. Son lo quiméricos seres nacidos en las fantasías populares de todos los países, que tienen de común entre sí su tamaño liliputiense, su genio travieso, inquieto y juguetón y su constante afición por torturar a los hombres, niños y doncellas, de mil maneras distintas.

En la puna se lo identifica desnudo y de no más de 50 centímetros de altura; tiene una mano de hierro y otra de lana y un enorme sobrero de ala ancha, que le cubre por entero desde arriba su pequeño cuerpecito.

Duendes buenos, duendes malos. Ni muy buenos ni muy malos. Siempre traviesos. En Jujuy se esconde tras la roca solitaria de la Puna y en las profundidades del manantial. En las selva se los conoce muy poco y en los llanos se los ignora.

Dice la tradición, que siempre es bueno llevar un rosario o un lazo. Sirven para alejarlos. A gente de estas armas llevar, no se atreve el duende sombrerudo.

Cuentan algunos paisanos, que, en ciertas ocasiones le han oído tocar la guitarra en los cerros, de una manera triste, y cantar como lagrimeando.